viernes, 12 de noviembre de 2010

...te cruzas por el pasillo con tu jefe, el cual te saluda muy amablemente, incluso te abraza, un abrazo sincero, y te da dos besos; parece totalmente feliz de haberse encontrado contigo. Una vez en tu puesto, tus compañeros también te saludan con amabilidad y afecto, con cariño incluso, sonrientes, y relajados, propensos a hacer bromas y reírse, pero sin tensión. No acabas de entenderlo, pero te gusta. Te pones a trabajar rápidamente en una serie de documentos que tienes que entregar en el plazo de una semana, pero viene tu jefe y os dice a todos: “Venga, vamos a empezar la mañana con alegría”, y lo dice con un tono casi desconocido en él, de auténtica felicidad. Entonces vais todos a donde está la máquina de café. Te acercas a ella, y aprecias que está apagada. Ves entonces que hay una máquina profesional de café expreso y que todos están esperando, relajados y afables, a que se vayan haciendo los cafés. Hay unos bollitos allí, y preguntas: “¿De quién es el cumpleaños?”. Entonces todos se ríen: “¡Qué cosas más graciosas dices!”. Tras estar allí una media hora, dices: “Bueno chicos, no sé vosotros, pero yo tengo que terminar unos documentos y me vuelvo a mi puesto”. Sin embargo, no te dejan marcharte. Unos se ríen, otros te retienen, y tu jefe dice: “Venga, que estamos con el movimiento slow, cálmate, libera tus tensiones, siente tu columna alargarse, déjate llevar con la corriente, go with the flow...”. De pronto, alguien te aclara todo: “oye, os estáis equivocando, todos nosotros compramos lotería pero ‘alguien’ no lo hizo”. Todos te miran, serios, algunos como con pena. “No puedes dejarte llevar, tienes que seguir currando, ja ja ja ja”, dice por fin el aguafiestas.

viernes, 5 de noviembre de 2010

... te sorprende el ruido. Lo primero que ves es un par de gallinas cacareando a la puerta, mientras aletean y caminan. Más allá hay un par de mulas. El suelo está sucio, lleno de paja y de excrementos, y los ruidos son producidos por distintos animales. Por cierto, te sorprende cómo suenan algunos de ellos: hay algunas ovejas en el departamento de contabilidad, y más que a “Be”, suenan a “¡Ehhhh!”. También hay una vaca gorda en el puesto de la secretaria, y sí parece decir “Mu”, aunque a veces también parece gritar “¡Uíiiii!”. Te cuesta avanzar por entre los animales y sus excrementos, pero por fin llegas a tu puesto. Hay un caballo comiéndose las plantas, pero no hay humanos; nadie controla a la granja. Al pasar por delante del despacho de tu jefe, te sorprende ver un enorme cerdo comiendo basura con voracidad. Hay un par de ratas sobre la mesa comiéndose los documentos. Por fortuna, los animales no parecen haber advertido tu presencia, todos siguen haciendo lo mismo, sin inmutarse. Un perro de aspecto fiero entra ladrando en el despacho de tu jefe, parece intimidar al cerdo, y luego se marcha hacia Dirección. Cualquiera diría que todos se han convertido en animales... ¿Qué animal serás tú? Mientras reflexionas, se cruza un avestruz que te recuerda muchísimo a tu compañera de departamento. De pronto te transformas. Sientes unas ganas irresistibles de comer, y para ello, de cazar, de matar, de sangre. Asaltas a varios animales, entre ellos la vaca y el cerdo, y satisfaces tus apetitos animales. De pronto se cruza en tu camino un tigre bellísimo y sientes que tú eres uno de ellos. Le permites comer de tu comida y juntos salís de allí, dispuestos a imponer la ley de la selva.