viernes, 5 de noviembre de 2010

... te sorprende el ruido. Lo primero que ves es un par de gallinas cacareando a la puerta, mientras aletean y caminan. Más allá hay un par de mulas. El suelo está sucio, lleno de paja y de excrementos, y los ruidos son producidos por distintos animales. Por cierto, te sorprende cómo suenan algunos de ellos: hay algunas ovejas en el departamento de contabilidad, y más que a “Be”, suenan a “¡Ehhhh!”. También hay una vaca gorda en el puesto de la secretaria, y sí parece decir “Mu”, aunque a veces también parece gritar “¡Uíiiii!”. Te cuesta avanzar por entre los animales y sus excrementos, pero por fin llegas a tu puesto. Hay un caballo comiéndose las plantas, pero no hay humanos; nadie controla a la granja. Al pasar por delante del despacho de tu jefe, te sorprende ver un enorme cerdo comiendo basura con voracidad. Hay un par de ratas sobre la mesa comiéndose los documentos. Por fortuna, los animales no parecen haber advertido tu presencia, todos siguen haciendo lo mismo, sin inmutarse. Un perro de aspecto fiero entra ladrando en el despacho de tu jefe, parece intimidar al cerdo, y luego se marcha hacia Dirección. Cualquiera diría que todos se han convertido en animales... ¿Qué animal serás tú? Mientras reflexionas, se cruza un avestruz que te recuerda muchísimo a tu compañera de departamento. De pronto te transformas. Sientes unas ganas irresistibles de comer, y para ello, de cazar, de matar, de sangre. Asaltas a varios animales, entre ellos la vaca y el cerdo, y satisfaces tus apetitos animales. De pronto se cruza en tu camino un tigre bellísimo y sientes que tú eres uno de ellos. Le permites comer de tu comida y juntos salís de allí, dispuestos a imponer la ley de la selva.