miércoles, 29 de septiembre de 2010

…vas hasta tu puesto y te encuentras una serie de objetos extraños sobre la mesa. Hay una serie de lo que parecen piedras o rocas pulidas, negras y brillantes, de diferentes formas y tamaños. Además, estos objetos tienen una serie de ramales que fluyen hacia uno de ellos, el más grande. Observando con detalle los objetos más cercanos, ves que hay uno que parece un canto pulido de ópalo negro y que puedes rodear con tu mano. Al tocarlo, te sorprende el tacto porque no está frío, y notas que se desliza fácilmente sobre su base pulida. Otro objeto cercano está cubierto de pequeños cristales cúbicos y negros con dibujos blancos de fantasía sobre ellos, que parecen jeroglíficos. Frente a ti hay lo que parece una enorme roca pulida, también de color negro, con un extraño dibujo metálico abajo. Al tocarla compruebas con sorpresa que tampoco es fría, e incluso parece que cede ligeramente al tacto. A su lado, un enorme monolito al que confluyen los ramales de estas tres piezas, con extraños dibujos metálicos y algunas ranuras inexplicables. Al tocar por casualidad el objeto lleno de cristales cúbicos notas que ceden a la presión, ensartándose en la pieza principal y volviendo a su lugar cuando dejas de presionarlos. Esto te parece realmente bello y agradable al tacto, así que una y otra vez vas presionando cada pieza, observando sus enigmáticos dibujos a modo de jeroglífico, cuando alguien pasa por detrás de ti. Se para a tu izquierda y mirando fijamente la roca pulida que tienes enfrente, dice: “¡Qué pasa! ¿Es que no trabajas hoy?”. Le miras, miras a ese objeto tan bello, y comprendes que espera que lo utilices para algo. Tal vez es una tecnología extraterrestre sobre la que se proyectan los propios pensamientos…